jueves, 9 de enero de 2014

Características del Estado de México, un pueblo con mucha creatividad y algarabía

Festividades, Tradiciones, Costumbres, Mitos y Leyendas y Artesanías

Como en todos lo estados de la República, las fiestas son un acontecimiento emblemático que, permite recordar hechos relevantes históricamente hablando pero también, a nivel religioso y popular. Festividades que, denotan el carácter del mexicano, sacan a la luz sus costumbres y creencias, así como la algarabía que le distingue ante el mundo.
Ahora retomaremos las fiestas más importantes y simbólicas, por Delegación o Municipio.

En Acolman por ejemplo, el 06 de Enero conmemoran el nombramiento del mismo como municipio y para celebrar se hace una fiesta popular y cívica. El 10 de septiembre, la Fiesta de San Nicolás, celebrada con danzas de concheros, arrieros, contradanza, pastores, inditos y tecomates. El  29 de septiembre celebran a San Miguel Arcángel, con fuegos artificiales y una feria por las calles principales del centro. Y del 16 al 23 de diciembre, la  Feria de la Piñata que, es particularmente especial, ya que se afirma que en Acolman nacieron las muy mexicanas posadas navideñas. En la misma se presentan espectáculos artísticos y de bailables populares. Se realizan carreras de caballos como una costumbre que se remonta desde la etapa de la Revolución. Además organizan un concurso en el que participan todas las comunidades para premiar la piñata más grande y original, y se escenifican las posadas.

En Aculco, celebran el 19 de febrero la fundación del municipio con una ceremonia muy especial. El 17 de septiembre, festeja el día de la Fraternidad Aculquense, festividad que se ha convertido en una tradición por más de 100 años; aquí se reúnen las familias de Aculco para convivir en un día de campo. Se llevan a cabo carreras de caballo en el lugar denominado El Carril de la comunidad de Cofradía. Y por último, el  30 de septiembre, se festeja al Santo Patrono San Jerónimo  con danzas de santiagueros y concheros, y una feria regional, en la que se exponen distintos productos alimenticios, elaborados por los propios habitantes.

Amanalco también se distingue por sus festividades. El 30 de septiembre se lleva a cabo la celebración en honor a San Jerónimo. En Octubre y Noviembre, la Feria Regional de la Trucha, en la cual se puede adquirir trucha fresca o preparada en varios estilos como empapelada, frita, a la hawaiana, en hoja de maíz, en pibil, a la mexicana, en chipotle o a las hierbas finas. Además se efectúa torneo de pesca deportiva.


Amecameca, es sinónimo de festividad y alegría, de tradición y cultura. En Febrero, se lleva a cabo el Carnaval de Amecameca, en el que se refleja la tradición cultural y el folklore de la población. Destacan por su vestuario y su música la danza de los Chinelos. En el mes de Julio o agosto, y desde hace más de 25 años, se expone la Feria de la Nuez, para lo cual se instalan en el centro de Amecameca puestos en los que ofrecen dulces artesanales, repostería, helados y licores hechos con este fruto del nogal. Todo ello acompañado de variadas actividades culturales e incluso deportivas. Y el 15 de agosto es la patrona de Amecameca, Fiesta de la Virgen de la Asunción con una gran feria, música y danzas, en especial la de los Doce Pares de Francia, Moros y Cristianos y los Arrieros.


En San Martín de las Pirámides, en los meses de Julio y Agosto, celebran la Feria nacional de la *tuna, misma que se llevó a cabo por primera vez en 1973, con el fin de conseguir mejorar la comercialización e impulsar el consumo del nopal y la tuna, le siguen 41 años de tradición. En dicha feria hay gran variedad de espectáculos de música, danza y teatro, una muestra gastronómica en la que se presentan platillos o envasados con nopalitos, tuna y xoconostle como shampoo, crema para el rostro y corporales, suplementos dietéticos, aguas de tuna y nopal, mermelada, licores, botanas, dulces, ates, entre otros. También hay muestra artesanal de piezas creadas por los artesanos locales como tallado de obsidiana negra, plateada y roja con figuras teotihuacanas, aztecas o mayas, así como de tallado de madera con el que diseñan arpas mágicas, corta papeles y otras.

*Nota: Cabe destacar que, el cultivo de la tuna no es exclusivo de San Martín de las Pirámides, también se cultiva la tuna blanca o de castilla y la alfajayucan en Otumba, Axapusco, Nopaltepec, Temascalapa, Teotihuacán de Arista y Atlacomulco.






Tenancingo es sin duda una de las comunidades con más tradición y festividad.
En Marzo y Abril se lleva a cabo la Feria del Jarro, que empieza cinco días antes del Miércoles de Ceniza y, se prolonga cinco días después de esta fecha e inicia con el Carnaval. En la avenida que conduce al Templo de El Calvario, hoy la Catedral, se instalan los alfareros provenientes de toda la entidad y de otras como Michoacán, Morelos, Puebla y Querétaro, a vender sus artesanías como: ollas, cazuelas, platos, macetas, jarros tanto de barro como de cerámica y muchas más. La costumbre es que tanto los niños como los jóvenes y adultos deben pedir un jarro al amigo o visitante, quien no debe negarse a otorgar dicho obsequio, convirtiéndose esto en un intercambio de jarros. Actualmente, se ha modificado un poco esta costumbre, ya que las personas compran varios jarros para sus amigos o familiares y los personalizan con el nombre de la persona a la que le será entregado. También se ha convertido en muestra de afecto, amistad e incluso de conquista, ya que si un hombre o una mujer tienen especial interés romántico en alguien se lo demuestran regalándole un jarrito. Y por último, en el mes de Julio la Feria del Obispo, pues con este nombre, se denomina a un embutido de carne de cerdo y a veces de carne de res molida y cocida, con muchas especias y algunas veces con chile. Generalmente, lo venden y sirven en tacos. Un platillo típico de Tenancingo y en la feria es ofrecido en varios puestos que se instalan en la plaza principal del Jardín Morelos.

Texcoco es un sitio emblemático de costumbres y festejos.
Empezando por su ya tradicional Feria del Caballo, en la cual se elabora, un programa ecuestre con exhibición de varias razas de caballos destacando la raza Azteca, exposición ganadera, corridas de toros, palenque con la presentación de reconocidos cantantes, teatro del pueblo, box, lucha, casino, entre otras.
En Octubre, la Feria Nacional de la Cultura Rural y Feria del Libro, se caracterizan por sus muestras artesanal, gastronómica y cultural de las regiones del campo. Llevada a cabo en la Universidad Autónoma de Chapingo, con lo cual promueven el quehacer de la universidad. Cada edición de esta feria, se dedica a una región, como puede ser la mixteca, la huasteca, entre otras. Y con respecto a la Feria del Libro, se organizan actividades tales como, presentaciones de libros, conferencias, lecturas de poesía, cuenta cuentos, música y danzas regionales.
Y para cerrar con broche de oro,  en Noviembre, su Feria del Tlacoyo, con antigüedad de más de 20 años, tiene como finalidad el promover el consumo de platillos prehispánicos tan tradicionales como los “tlacoyos” en variantes inimaginables, así como la barbacoa de la región. Con este acontecimiento, se ofrecen eventos como el jaripeo y una exposición artesanal de joyería de plata, artículos de barro, cerámica y prendas de lana elaborados artesanalmente.


Tradiciones Populares

El Casamiento y el bautizo Otomí son algunas de las tradiciones que, han marcado al Estado de México, tradiciones prehispánicas que continúan celebrando en dicha comunidad.

Otra es la “desvelada” que, es un festejo que realizan los grupos otomíes de Temoaya, y de otros municipios. Consiste en que en la víspera de la boda en la casa de la novia, llegan el novio y su familia, acompañados de un conjunto musical, con grandes chiquihuites llenos de frutas, pan y bebida.
Hace unas décadas, como esto ocurría a media noche, acostumbraban desvelarse mientras convivían y bailaban hasta el otro día; llegado el momento, la madrina vestía y peinaba a la novia para partir a la ceremonia religiosa en la iglesia.
Al terminar el casamiento van a la casa del novio para festejar la unión con una comida que incluye arroz, mole y frijoles; después, sigue el baile.

Una tradición muy significativa es la de “Canasta del Contento” y que es similar en diversas regiones del Estado. Se pide la mano de la novia y, se fija la fecha para la boda, pero si el novio “se roba a la novia”, hay que regresar a los tres días a pedir perdón, se lleva a una persona de respeto, que se conoce como “voz cantante”, ésta aboga por el novio.
Ya que los padres de la novia aceptan, permiten la entrada de los novios que espera fuera del hogar, éstos se hincan, primero reciben una “reprimenda” y posteriormente “el perdón”. Previamente le llevan al padre de la novia una canasta con botellas de vino, otra canasta pletórica de exquisitas frutas de la temporada, y en otra, viandas con ricos alimentos que comparten entre todos. Al terminar el contenido de los vinos todos quedan contentos, por eso se denomina “el contento”.

Una tradición más es la denominada: “El Combate”, consiste en una fiesta preparada por el dueño de un rancho para agasajar a los peones que han trabajado durante la cosecha en su propiedad. Este convite, que no "combate", se ofrece el último día de la pizca.
La descripción de esta tradición es del municipio de Temoaya, sin embargo, se sigue efectuando en otras regiones de manera similar. Para el combate, se elijen dos parejas de novios, entre los mismos trabajadores, quienes se encargan de arreglar tanto la cruz del rancho como otras de menor tamaño para adornar los sincolotes donde se almacena el maíz en mazorca. En la víspera adornan las cruces con moños, listones, flores, papel de China, pastillas de azúcar y panes para llevarlas a bendecir. El día del combate los compadres regresaban la cruz al rancho y anunciaban su llegada quemando cohetones. Llevan además "panes de fiesta" en forma de corazón que cuelgan del cuello de los patrones con un listón, como si se tratara de una gran presea.  Por su parte, las comadres pasaban los sahumerios cerca de los sincolotes, haciendo la señal de la cruz. Terminada la ceremonia se dirigen al casco del rancho para depositar la cruz principal y disfrutar del "convite" o "combate" ofrecido por los patrones. Pasan la tarde bailando, ya que la fiesta se prolonga hasta el anochecer.


Algunos Mitos y Leyendas

Existen cuentos, leyendas y mitos, conformados por aquellas historias que, enmarcan aquellos acontecimientos que han marcado a la comunidad y que han marcado etapas de la vida de los mexiquenses.

“El Señor de las Ampollas”

La imagen del Señor de las Misericordias, Santo Patrono de Tlalnepantla, fue regalada por el rey Carlos V a Hernán Cortés, quien a su vez la donó al convento de San Francisco, de México. De allí fue traída provisionalmente a la iglesia de Tenayuca, y luego a la capilla abierta del Convento de Corpus Christi, en Tlalnepantla. En 1666, al ocurrir un incendio en la iglesia, el Cristo de las Misericordias se salvó milagrosamente, pues habiéndose quemado la cruz que lo sostenía, la escultura sólo registró quemaduras en la espalda, semejantes a las ámpulas en carne viva, razón por la cual se le denominó como el "Señor de las Ampollas".


 "La Virgen de Tecaxic"

A raíz de la Conquista, Tecaxic (que en lengua mexicana significa vaso de piedra) era un pueblo muy numeroso. Una epidemia arrasó con su población, de tal modo que no quedaron en ella sino dos vecinos. Abrumados por la tristeza y soledad, no tardaron en abandonar el pueblo, que vino de esta manera a quedar desierto.

Con el éxodo de los dos sobrevivientes quedó abandonada una ermita que en los tiempos prósperos habían construido los vecinos. Veneraban en la ermita una imagen de La Asunción, pintada al temple sobre una tela indiana. En la soledad, el templo batió las puertas y rajó las paredes, de suerte que el viento, los soles y las lluvias, "deslucieron los colores del ropaje y mermaron la hermosura del rostro".

En estado tan lamentable se encontraba la capilla, cuando acertó a pasar por allí el licenciado Antonio de Sámano y Ledezma, en los momentos en que se abatía un fortísimo aguacero. Buscó el hombre asilo en la capilla, pero en balde, porque dentro se mojaba tanto como afuera. El agua escurría por la imagen, y allí advirtió el licenciado que era milagroso el hecho de que la Virgen no se hubiera despintado del todo, máxime siendo la materia en que estaba iluminada, tan deleznable y corruptible.

Cuando fue Guardián del convento de Toluca el padre José Gutiérrez, quien gozó fama de ser un hombre profundamente religioso, y conociendo los prodigios de la imagen de Tecaxic, animó a los vecinos de Toluca y a los labradores de lxtlahuaca a erigir un templo. Después de algunas peripecias, los deseos del religioso se cumplieron. El Santuario de Nuestra Señora de Tecaxic fue acabado de construir en el año de 1655.

Hoy día el Santuario se encuentra abandonado. Ausentes están las numerosas romerías que en otros tiempos lo visitaban. Las almas sencillas de los pocos hombres de buena voluntad que aún quedan, están en espera de un nuevo prodigio de Nuestra Señora de la Asunción.


El mundo de la Artesanía

Alfeñique

El alfeñique, palabra árabe que hace referencia a una pasta de azúcar cocida y estirada en barras muy delgadas y retorcidas; y que, actualmente se usa para elaborar dulces tradicionales que se colocan en las ofrendas o altares de la celebración del Día de Muertos (aunque, se tiene documentado que los aztecas hacían figuras para sus ofrendas, que estaban hechas de amaranto y otras pastas
comestibles). Comúnmente estos dulces tienen forma de calavera, ataúdes con una calaca dentro, angelitos, frutas y animalitos como venados, borregos y conejos, entre otros.

En el país sólo se realizan dulces de alfeñique en Puebla, Oaxaca, y el Estado de México. De acuerdo con los historiadores toluqueños, en 1630 Francisco de la Rosa (residente de Toluca) solicitó a la Corona española permiso para elaborar el dulce de alfeñique e instaló su comercio en la calle Real, hoy avenida Independencia. Desde entonces, la fabricación de estos dulces típicos ha perdurado hasta convertirse en una tradición toluqueña. Misma razón por la que, se celebra en la actualidad la Feria del Alfeñique en Toluca cada año, la cual se sitúa en los Portales 20 de Noviembre, Francisco I. Madero y Reforma, ubicados en el centro de la ciudad. Inicia a mediados de octubre hasta la primera semana de noviembre. En dicha feria, se exhiben y venden dulces de muertos y los tradicionales producidos bajo cuatro modalidades básicas, el alfeñique, vaciado de azúcar, dulce de pepita y miniatura.
Durante estos días, también se monta una ofrenda de muertos, que se instala en la Concha Acústica de los Portales y se exhiben las piezas que participan en el concurso del dulce tradicional del Día de Muertos.


Tapetes de Temoaya

Estos tapetes, se elaboran en talleres familiares, localizados en el municipio del mismo nombre, que se encuentra en
la región centro norte del Estado de México, a 20 kilómetros al noroeste de Toluca.
Estas piezas decorativas se comenzaron a realizar en la década de 1960, ya que el Gobierno del Estado de México ofreció a las
mujeres temoayenses capacitación para hacer tapetes de lana estilo persa, anudados a mano.
En esa época, también se construyó el Centro Artesanal Tapemex en la comunidad de San Pedro Abajo, que se convirtió en el
espacio de producción de tapetes más importante del país, principalmente con mano de obra femenina y que habitaba en las
comunidades aledañas al centro artesanal.
Actualmente, la actividad de elaboración se ha extendido a otras comunidades, ya que han instalado telares familiares.
Es teñido en Tulantepec, Hidalgo. Los diseños de los tapetes tienen figuras indígenas de diversas etnias prehispánicas. Resaltan entre ellos el otomí, mazateco, nayarita, tepehua, de árbol de la vida, ojo de Dios, o representaciones del paraíso terrenal y de las cuatro estaciones del año.


Árbol de la Vida

El árbol de la vida es parecido a un candelabro, tiene barro cocido a baja temperatura y representa una alegoría del Edén o
del Paraíso con Adán y Eva o el Arca de Noé rodeados de los elementos que nos cuentan esas historias bíblicas.
También hay árboles de la vida con representaciones de muertos o calacas.
Estas piezas artesanales sólo poseen un frente, que tiene forma de un árbol con ramificaciones. Existen árboles de la vida sencillos, de no más de 25 a 30 centímetros de alto y otros de dimensiones mayores, que alcanzan hasta los 2 metros.
Los árboles hechos en Metepec generalmente están pintados con acrílicos muy coloridos, aunque también los venden sin pintar.
Desde hace algunos años, se ha registrado la piratería de árboles de la vida, por lo que en enero de 2009, a los alfareros de Metepec (encargados de elaborar esta típica artesanía mexiquense) se les otorgó el registro de marca de esta pieza. El principal objetivo de este registro es blindar esta artesanía contra la piratería, además de mejorar su calidad. Esta es la primera artesanía del Estado de México que tiene un registro de marca.




Cabe añadir que, en el Estado de México también se trabaja la madera, el vidrio, el metal, la cantera, productos hechos con hueso y cuerno; la talabartería que, es un arte en este estado, la herrería; la confitería y la panadería que son únicas y deliciosas, y elaboradas aún de manera tradicional respetando recetas, métodos, procesos de cocción e ingredientes. De igual manera se trabaja la alfarería y la cerámica.

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